Escuchar música mientras lees aviva la imaginación :)

20 abr 2010

El clavo y el martillo

Una vez un amigo mío me contó una historia que se contaba allá en Francia a los niños/as pequeños/as, (típica historieta con moraleja de la que todos nosotros aún recordamos alguna de nuestra infancia), la cual me he tomado la libertad de transformar.
Pues bien, el cuento mostraba a un padre que le tenía preparado  a su hijo el mismo castigo cuando el chaval desobedecía al padre o hacía alguna trastada. Y el castigo consistía en que el chico debía coger un clavo y un martillo y clavar el clavo en la pared de su propio cuarto, pero tendría que clavarlo bien fuerte para que se mantuviese, porque ellos dos lo habían acordado de esa manera para que el padre olvidara la desobediencia que el chico había cometido. El padre variaba de clavos conforme era la artimaña que el hijo procedía para cabrear a su padre, unas veces eran grandes y largos, otras veces enroscados y de cabeza redonda, cosa que dificultaba la tarea para clavarlos, pero increíblemente el chico demostraba que no había clavo que se le resistiese...
Entonces el padre, asustado por la actitud de su hijo, pensó que debía pensar una alternativa, una vía de escape para la actitud del hijo, una forma de demostrarle su amor por él a pesar de su actitud, y una noche, mientras el hijo dormía, el padre se encargó de quitar cuidadosamente cada clavo incrustado con los martillazos de un niño de 10 años, mientras lágrimas surcaban sus ojos hacia el suelo mientras el padre lamentaba que esa anécdota de los clavos no sirvió para nada, que otro intento más de educar a su hijo había resultado en vano, que la tarea de ser padre exigía un gran sacrificio...
Al día siguiente por la mañana, el chico fue corriendo a avisar a su padre:
-¡Papá, papa!, ¡Ven a mi cuarto y mira lo que ha pasado! ¡Los clavos que yo clavé ya no están!
-Vamos hijo, veamos que ha sucedido.
-Mira, ya no hay ninguno, ¿Quien los habrá quitado? Porque se olvidó de tapar los agujeros...
El padre, con los ojos envueltos en lágrimas de la emoción, cogió a su hijo y mirándole fijamente a los ojos le dijo:
-Mi hijito, te quiero mucho, tú lo sabes, y fui yo quien quitó los clavos de tu dormitorio, ya no quería ver más todos esos clavos que me recordaban todas tus trastadas y tu desobediencia, y decidí quitarlos yo mismo, así que ya nunca más volverás a ver esos clavos que clavaste antes, y si vuelves a portarte mal tendrás que clavar un clavo de nuevo, pero cuando te arrepientas de lo que hayas hecho, podrás quitar ese clavo, pero solo si te arrepientes de verdad, entonces yo olvidaré lo que has hecho y nunca más te lo volveré a recordar.
-¿Pero papá, y los agujeros que? ¿Pintaremos por encima para que no se noten y que tampoco se puedan volver a ver?...
Entonces el padre sonrió a su hijo mientras más lágrimas brotaban de sus ojos y le dijo:
-No hijito mío, esos agujeros se quedarán ahí y nunca nadie los podrá quitar, ya sé que ahora quizá no entiendas esto porque eres muy pequeñito, pero ojalá nunca en la vida olvides esta lección que intento enseñarte: esos clavos siempre estarán allí cuando mires, pero solamente servirán para recordarte que nunca más debes hacer esas cosas que hiciste. El clavo lo podrás quitar, pero el agujero no. Y entonces poco a poco, aunque al principio no te guste como ves tú cuarto con esos agujeros, con el tiempo comenzarás a aprender a vivir con ellos, y cuando te hagas más y más mayor verás que en la vida real también existen esos agujeros pero que la gente los llama “consecuencias”, y que ellos también formarán parte de tu vida, para recordarte que todos los errores que has cometido ya no existen en sí mismos, pero sí las consecuencias.
El niño, aunque no entendía nada, tenía miedo de lo que el padre le dijo porque le veía llorar mucho, por lo que se le abalanzó asustado y le dijo:
-Pero papa, yo no quiero volver a clavarlos, te prometo que nunca más tendré que clavar ningún clavo en mi cuarto, y que a partir de ahora voy a portarme como el mejor, porque papi no quiero que estés triste nunca más por eso...
El padre abrazó a su hijo mientras le dijo:
-Volverás a tener que clavar algún que otro clavo, pero no tengas miedo nunca, porque yo siempre te voy a querer, siempre te voy a perdonar cuando me pidas perdón, y olvidaré lo que hayas hecho...
Aunque el niño siguió insistiendo en que nunca más volvería a portarse mal a pesar de que su padre sabía muy bien que a su edad eso era algo normal, ese chico nunca volvió a ser el mismo...
Siempre antes de acostarse, iba a su padre y le contaba si había hecho algo para así poder quitar los clavos que tanto prometió que nunca volvería a clavar y que periódicamente clavaba otra vez, pero el padre le quería tanto que su amor por él tapaba todo agujero que el niño dejaba en su cuarto, y solo quedaban como un recordatorio para el chico de hechos que sucedieron, ¿Quién sabe porqué? , pero que nunca más serían la causa de la separación entre el padre y el hijo.
Y asimismo quedaron, como heridas de amor talladas en fuego fundido, inertes las cicatrices de Jesucristo en sus manos y sus pies, perpetuo recordatorio de la prueba de amor jamás contada, del amor que nunca fallará, ese amor por nosotros, la causa por la que Jesús vino a rescatarnos de las garras del Diablo.
Pero él no volverá a morir en la cruz otra vez para redimirnos por segunda vez, ¿Por qué entonces insistimos en abrir sus cicatrices con nuestros prejuicios?

Ojalá esto os haga reflexionar, volver a retomar esa comunión con el Padre que esta en los cielos, aquél que siempre nos perdona, el que nos busca, el Padre que trata de que le conozca el perdido, y trata de enamorar más a quién le busca, espero que esto sea una razón más para buscar a Dios, de comprender la importancia de la oración.

12 abr 2010

UN ALTO EN EL CAMINO

Posiblemente algunos la hemos conocido, y no estaría mintiendo si me atreviese a asegurar que todos alguna vez hemos visto como delante de nosotros se alza esa señal, ya sea física, mental, emocional, espiritual, que nos insta a obedecerla inmediatamente, esa imponente señal de STOP. Entonces la mente se bloquea, porque la misma vida se puede definir como una intersección de caminos, los cuales vamos siguiendo conforme tomamos decisiones, y aquí es donde llegamos al problema del problema. Y el problema del problema es que ya habiamos tomado todos los caminos posibles: 
-Habiamos girado a la derecha o a la izquierda, curiosa forma nuestra de actuar, en la cual no enfrentamos directamente el problema, pero tampoco nos alejamos de él, sino que le seguimos paralelamente, muy de cerca, y volvemos a caer inequivocamente en él, "otra vez la misma historia de antes", pensamos, y es muy común esta decisión, la cual incluye algunos actos que tomamos sin tener en cuenta la palabra de Dios (lo perdono pero no lo olvido; estudio pero a la vez me hago chuletas, por si acaso!; oro y lo dejo en las manos de Dios pero después de eso sigo intentándolo con mis fuerzas).
-Habiamos decidido huir de él, ¿Cómo es esto? Evitándolo, impulsándonos para atrás, ejerciendo el acto de borrar ese suceso el cual nos obligó a movernos atrás (que en la teoría es muy bonito pero en la práctica nunca resulta; anota esto en tu mente: "Solo Dios puede hacer las cosas nuevas").
-Nos armamos de valor y decidimos seguir adelante, ¿Por qué no? Suculenta tentación que tienta a los/as más valientes/as, a los/as más osados/as, etc. Y muchas veces el moverse hacía delante solo implica más posibilidades de volver a tropezarse con la misma señal, ¿Sabeís por qué? Porqué no somos realmente capaces de afrontarlo la mayoría de las veces, y más aún si tenemos la señal para confirmarlo: STOP, quieto/a, parate, no sigas.
Y despues de haber intentado todos los caminos posibles, nos damos cuenta que aún queda un "camino", el "camino" más simple es el que menos nos planteamos escoger, pues tenemos una tendencia a complicar las cosas, ¿Quién está conmigo en esto? Y esque a simple vista no parece un camino, pero lo es, créeme. Quedarse quieto es un camino, una posibilidad, una opción, ¿No? Y lo más curioso de todo es que nos pide algo que a todos nos cuesta llevar a cabo, porque aplicarle frenos a la mente a veces es contraproduce...
Pero la señal es clara, ¿No? Nadie duda de lo que pone en ella, en cambio si dudan de que hacer con lo que les pide, si es tan simple que dan ganas de pensar...
Pero Dios permite que esa señal aparezca en nuestra vida, y lo permite porque quizá necesita prepararnos un poco más, quizá está mostrándonos nuestro carácter, quizá está a punto de bendecirnos, a punto de hablar, a punto de mostrar su gloria, pero estamos tan acostumbrados a "vivir en el mundo" que lo sobrenatural nos parece improbable, incluso muchas veces ni lo tomamos en cuenta...


Pero decidimos parar... Y todo cambia. Limpiamos nuestras vestiduras espirituales (Efesios 6:11-17), aseguramos nuestra coraza, reforzamos el yelmo, que se tambaleaba un poco, y volvemos a avivar el fuego del espíritu santo en nosotros. Entonces Dios nos ha preparado espiritualmente, nosotros nos hemos preparado física y emocionalmente, y podemos seguir adelante. Recuerda, los STOPs no son un lugar de estancia, sino de preparación, nunca olvides que detrás de tí hay un camino que ya has recorrido, y delante otro más largo que queda por recorrer =D.

¿Y bién? ¿Que hareís la próxima vez que se os aparezca un STOP en el camino de vuestra vida?

Comenzamos

Hola a todos, bienvenidos a mi Blog.

La verdad que este blog no ha sido premeditado ni nada, más bien son los frutos de una idea que me surgió un día cualquiera, aburrido sí, como hoy, en el que uno no tiene mucho que hacer con la mente que Dios le ha dado y decide estrujarla pensando.

Yo desde pequeño era aficionado al LEGO, construía varias cosas, o lo intentaba jeje. Intentaré hacer lo mismo en este Blog, intentaré ordenar algunas reflexiones y compartirlas con todos los que querais apartar unos minutos de vuestra vida para leerlas y comentarlas, que siempre se agradece vuestra opinión =).

Como este es el mensaje de bienvenida, no quiero alargarme mucho más, no sé siquiera la cantidad de mensajes que seguirán a este (quizá este proyecto dure unos días o unos años) solo sé una cosa, voy a hacerlos de todo corazón, voy a expresar los pensamientos de una persona que ha conocido a Dios en su vida, y busca un propósito para la cual.

Sin nada más que agregar, espero que os sintais como en casa, este es vuestro blog, sois TODOS bienvenidos :)